
Homenaje a Joan Guinovart (1947 – 2025)
El pasado 22 de noviembre, la Gala Benéfica de la Alianza contó con un momento especialmente emotivo. Joan Guinovart, quien había confirmado su asistencia para compartir su visión como investigador y paciente, no pudo estar presente debido al deterioro de su salud. Su hija, Caterina Guinovart, en su nombre, leyó el discurso que él había preparado, transmitiendo su compromiso inquebrantable con la ciencia y la necesidad de avanzar más rápido en la lucha contra la enfermedad.
Joan Guinovart (1947 – 2025) fue un destacado bioquímico español, reconocido por su investigación sobre el glucógeno y la glucógeno sintasa hepática, así como por su trabajo con FEBS, IUBMB y la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular. Entre 2001 y 2002, dirigió el Parque Científico de Barcelona y en 2005 fundó el Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona (IRB Barcelona), marcando un hito en el avance de la biomedicina.
En su discurso, Guinovart hizo hincapié en la urgencia de incrementar los recursos para la investigación, acelerar la traslación de los descubrimientos científicos a la clínica y eliminar trabas burocráticas que ralentizan este proceso. Estas fueron sus palabras:
Agradezco al comité organizador su invitación a participar en este acto. Por fin después de 50 años de dedicarme a la investigación biomédica me invitan a hablar en un simposio de cáncer, ¡gracias!
Esta vez hablo desde la doble perspectiva del investigador y del paciente. Como investigador he estado rodeado de colegas en el Institut de Recerca Biomèdica (IRB Barcelona) que trabajan en diferentes aspectos de la oncología experimental. Los investigadores básicos que trabajamos en las bases moleculares de las enfermedades tenemos presente el impacto que nuestra labor puede tener en los pacientes. Pero esta visión se engrandece cuando se ve del otro lado, pues es la investigación básica y clínica la que puede cambiar la vida del paciente con cáncer y la que ofrece esperanzas y expectativas de superar la enfermedad.
La investigación, junto con la práctica clínica avanzada, han proporcionado herramientas para tratar determinados tipos de cáncer que de esta manera han visto aumentar de forma espectacular las tasas de supervivencia y curación.
Desafortunadamente el cáncer de páncreas no está en la primera línea de estos avances, lo que indica que no se dedica suficiente esfuerzo a la investigación sobre este tipo de tumores. Por ello es necesario atraer más recursos financieros y humanos para la lucha contra esta enfermedad. Los esfuerzos de ALIPANC en esta dirección son encomiables.
Las asociaciones de pacientes y agencias financiadoras de la investigación biomédica deberían dedicar un mayor porcentaje de sus presupuestos a la lucha contra el cáncer de páncreas, que constituye uno de los más mortíferos, cuya incidencia está aumentando espectacularmente y del que aún se desconocen muchos aspectos básicos.
Por otra parte, los hospitales y centros de investigación harían bien en redoblar sus esfuerzos en atraer más mentes brillantes de la investigación biomédica para abordar este tipo de proyectos. El cáncer de páncreas plantea retos apasionantes que deberían resultar muy atractivos para los investigadores biomédicos.
Estoy orgulloso de que algunos de los científicos más brillantes formados en el IRB Barcelona hayan decidido dedicar sus esfuerzos a la investigación del cáncer de páncreas. Gracias Pancho Barriga, Elisa Espinet, y Direna Alonso-Curbelo por haber elegido esta línea de investigación y formar parte de ALIPANC. Gracias también a Cristina Fillat, antigua colaboradora, por trabajar en este tema.
Para un paciente, la investigación sobre su enfermedad constituye una fuente de esperanza. Sin embargo, hay que acelerar los tiempos de la investigación traslacional para disminuir el período que transcurre entre un descubrimiento básico y su aplicación en la clínica. En este aspecto, cualquier traba burocrática se convierte en un factor limitante. No hay que escatimar esfuerzos en optimizar los procesos de traslación y aquí las autoridades sanitarias nacionales y europeas tienen un papel fundamental a jugar.
Un aspecto que no es evidente hasta que uno mismo no se encuentra en esta situación, es la importancia del entorno familiar y social para afrontar la lucha contra la enfermedad. No puedo imaginarme cómo sería conllevar la enfermedad sin tener la incondicional ayuda de mi familia. Creo que disponer de este apoyo es una parte esencial del proceso de lucha y curación.
Gracias de nuevo por la invitación. Lamento no haber podido asistir en persona. Quiero aprovechar esta oportunidad para agradecer también a mis oncólogos, otros especialistas médicos y profesionales de enfermería por el excelente trato que me dispensan. Muchas gracias.
Su legado, tanto en la ciencia como en la defensa de una investigación como motor del progreso, seguirá inspirando a la comunidad biomédica y a todos aquellos que luchan por un futuro mejor para los pacientes.